#7.
Contar la historia

RECUERDA: LA VIOLENCIA SEXUAL NUNCA ES LA ÚNICA DIMENSIÓN DE LA HISTORIA

Centrarse demasiado en la brutalidad de los hechos puede perjudicar a tus fuentes y al periodismo. Presta atención al contexto más amplio.

Ante horrores como las violaciones masivas en la guerra o la explotación sexual, puede resultar natural centrar toda la atención en la violencia sexual y el daño que esta causa.  Pero el hecho de no incluir contextos más amplios puede empobrecer tu reportaje, alejar al público y también marginar a los sobrevivientes. Así que asegúrate de ampliar el relato de las siguientes maneras:

  • Ofrece un relato completo de la vida de los sobrevivientes. Hay que tener cuidado de no pronosticar la ruina ni reducir a las personas a lo peor que les ha sucedido. Esto podría dificultar su recuperación.
  • Considera que puede haber otros delitos además de la violación. Los sobrevivientes pueden haber perdido seres queridos, sus hogares o haber sido desplazados por la fuerza. Estas cosas también son importantes para ellos. 
  • Evita centrarse excesivamente en los detalles que puedan sexualizar o sensacionalizar la historia - y potencialmente limitar la simpatía del público hacia los sobrevivientes.
  • Ayuda a tu audiencia a ver caminos hacia posibles soluciones sopesando justamente el contexto político y social completo.

A menudo pasamos por alto hasta qué punto nuestro trabajo puede influenciar la vida de los sobrevivientes e incluso determinar su recuperación.

La VSRC se asocia con altos niveles de daño psicológico y físico. Las secuelas del trauma sexual suelen traer consigo fuertes sentimientos de desconexión, en los que las personas se sienten alejadas de sí mismas –de la persona que eran antes de que todo sucediera- y de los demás. La VSRC puede romper los lazos de alguien con su comunidad, y de ese modo dejar a los sobrevivientes aislados y con menos oportunidades de recibir apoyo. 

La recuperación, en cambio, es en gran medida lo contrario de esto. Se produce a través de la reconexión, cuando las personas creen que es posible que los demás se preocupen por ellas y las tengan en cuenta.

Como profesionales de medios, no es nuestra función curar a los individuos -y sería imprudente y condescendiente suponer que nuestro trabajo va a empoderar a los sobrevivientes-, pero tenemos que tener cuidado de no agravar sin quererlo esas fuerzas de desconexión. Jina Moore, periodista estadounidense que trabaja en África Oriental, lo expresa así:

Debemos asegurarnos de que no hay nada en la historia que publicaremos -en días, en meses, en un año- que les sorprenda, avergüence o ponga en peligro… Repetimos los detalles de una historia de trauma con el sobreviviente para asegurarnos de que éste entiende lo que el mundo sabrá de él. [a]

Lo que decimos ante el público también desempeña un papel crucial en este sentido. En todas partes, el debate sobre el trauma sexual está cargado de mitos, estigmas y estereotipos poco útiles. Los periodistas y realizadores no son espectadores neutrales.

Por eso es vital conocer mejor el contexto político, económico y cultural del conflicto.

El peligro de perderse en un rincón de la historia

La VSRC se presenta en diferentes formas, pero a menudo su característica más llamativa suele ser su pura brutalidad. Como realizador o periodista que trabaja en este tema, es muy posible que experimentes un deseo fuerte y comprensible de estremecer al público con lo peor de lo que has escuchado, con la esperanza de que esto los despierte.

Pero el peligro es que esto puede lograr lo contrario. Centrarse demasiado en el horror y los detalles de la violencia sexual puede hacer que el público se desconecte y se desentienda de tal manera que incluso se reduzca su simpatía hacia las personas afectadas por la VSRC. Si la información es insuficiente, el público no entenderá la naturaleza de estos delitos ni lo que está en juego.

Para Stephanie Kariuki, que trabaja en un podcast para Vice que explora la violencia sexual en Egipto y el complejo papel del gobierno en la persistencia de esta, estas decisiones requieren de un cuidadoso equilibrio: 

Hubo muchas idas y venidas sobre el grado de detalle que queríamos dar aquí.  ¿Por qué damos detalles? ¿Son realmente necesarios? …. A una mujer le examinaron la vagina cuatro veces. Eso es algo muy explícito, y cuatro veces es un número. Y la razón por la que entramos en tantos detalles es porque este examen al que se somete es emblemático de lo que el Estado había estado haciendo a las mujeres durante décadas hasta ese entonces.[b]

De hecho, para escribir eficazmente sobre el trauma es necesario saber cómo equilibrar una serie de cuestiones que están en tensión entre sí. Por ejemplo:

  • ¿Cuánto tiene que ver esto con el daño, la impotencia y la pérdida de control que la VSRC provoca en la vida de las personas? ¿O cuánto tiene que ver con la resistencia y la recuperación, con lo que costó, y sigue costando, sobrevivir?

Por muy dura y desoladora que parezca la situación, los sobrevivientes tienen cosas positivas en sus vidas. Reflejar sólo el horror y la pura impotencia en las personas no es ni exacto ni útil.

  • ¿Cuánto tiene que ver con la experiencia personal de cada uno y cuánto con el contexto más amplio, especialmente la situación política y social?

Si no se presta suficiente atención al contexto más amplio, se corre el riesgo de que el artículo se convierta en una historia de interés humano de tipo extraño y preocupante, que carece de un propósito real y que ofrece al público poca comprensión de lo que está sucediendo y de las posibles soluciones. La VSRC no se produce en el vacío: el tema de la violación en la guerra no es inteligible sin una referencia a las fuerzas que impulsan el conflicto.

Así mismo, prestar poca atención a los individuos y a sus circunstancias personales también puede resultar irrespetuoso, ya que puede dar la impresión de que se ha incluido a alguien sólo para ilustrar una estadística particular.

Cómo negociar tensiones en conflicto

Cada caso requerirá una serie de equilibrios diferentes. Tener esto claro se complica a menudo por la forma en que la violencia puede tener un impacto hipnotizador y llevarnos a un lugar donde el resto parece irrelevante. El contenido traumático tiende a promover un pensamiento binario: es muy fácil quedarse atascado en los detalles o en perspectivas limitadas.

He aquí una breve lista de control para tener en cuenta a la hora de redactar o editar:

  • ¿Se inclina demasiado este relato hacia la descripción gráfica de carácter físico o íntimo?
  • ¿Hay referencias al cuerpo de alguien, a su aspecto, a su ropa, etc., que corren el riesgo de sexualizar la descripción (e incluso de avalar inadvertidamente las motivaciones del abuso)?
  • ¿Pronostica mi relato la futura ruina de un individuo o de una comunidad? Por muy sombrías que parezcan las cosas, es inexacto y perjudicial insinuar que la recuperación es imposible. (Si te está costando ver algo de luz en la oscuridad, pregúntate quién es esta persona más allá del abuso. ¿De dónde sacan el valor y el apoyo?)
  • O bien, ¿me estoy desviando demasiado en la dirección opuesta e inyectando un tono de falso optimismo con el fin aligerar artificialmente una situación desesperada? Aparte del evidente problema de la precisión, el periodismo que exagera el empoderamiento puede alienar a quienes no reconocen sus circunstancias en la descripción.
  • Si mi artículo incluye las voces tanto de los agresores como de los sobrevivientes, ¿hay algo en mi tratamiento de la narración que centre las perspectivas de los agresores o infle su poder? (Hacer esto bien es difícil. Separar estas voces en informes individuales puede ser una mejor idea).
  • ¿Se centra mi relato en la violación excluyendo otros traumas que la gente puede sufrir en un conflicto? Las personas pueden haber visto a sus familiares asesinados y haber perdido sus hogares y medios de subsistencia. Pueden ser refugiados que luchan por construir una nueva vida. Todas estas cosas son importantes para la gente, y los sobrevivientes pueden no entender la preocupación de un periodista por una sola dimensión de sus pérdidas.

Cómo presentar la historia: notas para editores

La forma en que se presenta una historia -el titular, los títulos de las fotos, las fotos utilizadas para promocionar un video, el resumen, la forma en que se presenta en las redes sociales- puede tener un gran impacto en la forma en que se percibe la historia y el efecto que tiene en las personas que aparecen en ella.

Un peligro claro es la sexualización de la historia, convirtiéndola en algo sensacionalista que desvirtúa el contexto real. En la violencia sexual puede haber sexo, pero estas historias no se refieren en absoluto a la actividad sexual normal.

Términos como «esclavos sexuales» son voyeuristas y corren el riesgo de convertir el abuso en entretenimiento; expresiones como «niñas-novias» se describen mejor como «secuestro y abuso sexual de una menor»; alguien que ha sido obligado a prostituirse no es una novia.

Aquí, Jineth Bedoya, que ha escrito extensamente sobre VSRC en América Latina, describe cómo los patrones de agresión sexual perpetrados por los paramilitares se enmascaran detrás de un lenguaje inapropiado y anticuado:

Hemos hecho una campaña muy fuerte en los medios para que se deje de hablar de ‘crimen pasional’, cuando los periodistas se refieren a una violación o un feminicidio.

Todavía la sociedad considera que la violación está ligada a la provocación sexual que una mujer hace, conscientemente, a su victimario. Por eso es “pasional”.

Pero en realidad, lo que está provocando esta clase de artículos periodísticos es que se cometan crímenes, en nombre del amor.

En muchos juicios he escuchado a hombres violadores, justificándose con este argumento. Dicen que las “accedieron sexualmente”, o las mataron, porque las amaban.

También debes tener en cuenta que la presentación de la violación como una consecuencia inevitable de la guerra es un mito. Además de ser un crimen de guerra punible, las investigaciones demuestran que no es frecuente en todos los conflictos, ni siquiera cuando hay combatientes irregulares. [c]

Siempre que puedas, incluye recursos de organizaciones de apoyo e información que puedan ser útiles para cualquier sobreviviente de violencia sexual que lea o vea el artículo.

Otros recursos

En The Pornography Trap, Jina Moore discute los retos de lograr un lenguaje correcto. Esta caja de herramientas de la Chicago Taskforce on Violence Against Girls & Young Women discute cómo informar sobre violencia sexual en general y contiene una sección sobre elecciones de lenguaje.

Esta hoja de consejos del National Sexual Violence Resource Center también cubre todas las formas de violencia sexual en los Estados Unidos y no se centra en VSRC. No obsante, ilustra la ventaja de adoptar una aproximación estadística y basada en el contexto.

En la página web del Centro Dart, Nina Berman reflexiona sobre la importancia del contexto y de tomar las decisiones visuales apropiadas, todo lo cual se cubrirá detalladamente en la siguiente sección.

Pies de página:

  • a

    Ver: The Pornography Trap.

  • b

    Kariuki hizo parte de nuestra investigación para esta guía.

  • c

    Carlo Koos (2017) Sexual violence in armed conflicts: research progress and remaining gaps, Third World Quarterly, disponible aquí.